viernes, 16 de noviembre de 2012

Cuando Sparky pasó por aqui


Cuando Saparky pasó por aquí...

Seguramente para la mayoría de los lectores mayores de 40 años y jóvenes estudiosos, el nombre de Sparky Anderson está entre los mejores managers de la historia del beisbol. De hecho su extraordinario recorrido culminó con una placa en el Salón de la Fama de Cooperstown, a donde llegó por la vía del Comité de Veteranos.

Sparky Anderson se ganó a la historia y se convirtió en legendario, cuando fue el manager de la "Gran Maquinaria Roja" de Cincinnati, aquel engranaje perfecto  integrado por Johnny Bench, Pete Rose, Tany Perez,  Joe Morgan, David Concepción, George Foster, Ken Griffey  y  César Gerónimo.

Era un manager ingenioso, intuitivo y conocedor del juego y de los hombres que manejaba. Sabia obtener lo mejor de cada uno de ellos y ganar. 

Años después del retiro de todos los miembros de la "Big Red Machine", Sparky y sus muchachos volvieron a reunirse. Todos, menos Gerónimo y Rose, estuvieron presentes en la ceremonia de retiro del número 13 de David Concepción, y viéndolos juntos, compartiendo anécdotas de aquellos luminosos años en el "River Front Stadium" de Cincinnati, era obvio que la relación era casi filial, aquella maquinaria especial no era solo una temible toletería con una de las mejores defensas centrales que se hayan visto, tenían a Sparky  Anderson en la cueva, inventando beisbol.

Sparky estuvo 9 temporadas con los Rojos y 17 con los Tigres de Detroit para sumar 26 campañas en las que dejó récord positivo de 2.194 victorias por 1.834 reveses. Ganó 5 títulos de división y 3 trofeos de Serie Mundial y dos veces fue el "Manager del año" aunque nunca fue distinguido mientras comandó a los Rojos.

Sin embargo, la historia de Sparky Anderson en Venezuela no fue tan magnífica.

Le tocó encargarse de los Navegantes del Magallanes el año en el que regresaron con ese nombre a la LVBP, luego de navegar por los mares del Oriente. 

Era la temporada  1964–1965. Los Navegantes volvieron con "El Catire"  Antonio José Istúriz y don Carlos Tovar Bracho designado Gerente  General , decidió contratar al joven manager, aún sin experiencia en las Grandes Ligas, George Lee Anderson, mejor conocido como "Saprky" y también apodado "Capitán Garfio". 

El 17 de octubre de 1964,  el día que reapareció el Magallanes, perdieron ante el Industriales, al día siguiente le ganaron al Caracas, algo que no sucedía desde 1956 cuando desaparecieron como franquicia y en la jornada siguiente volvieron a ganarle al Valencia. Después ocurrió la catástrofe de Sparky.

La Nave Turca perdió la brújula y del 22 de octubre al 13 de noviembre, perdieron 13 juegos en fila, récord sólo superado por los Tiburones de La Guaira en la 93-94 cuando perdieron 14 al hilo.

"Los Eléctricos" perdieron seis encuentros contra  La Guaira, cuatro con el Valencia  y  tres con los Leones del Caracas. 

El 16 de noviembre la gerencia anunció el despido de "Sparky" Anderson, la paciencia se terminó. Alegaron que el estadounidense no había sabido ejercer liderazgo en imponer respeto y  nombraron al veterano jugador Alfonso "Chico" Carrasquel como nuevo timonel , quien se estrenó con victoria, pero no pudo hacer mucho, el Magallanes quedó eliminado en esa zafra.

Sparky Anderson se excusó cargando buena parte de la responsabilidad en la desatinada conformación del equipo: "Me dieron un club prácticamente integrado por veteranos que ya están de salida y novatos que no tenían ninguna experiencia".

En la cadena de derrotas, los toleteros del Magallanes apenas  
Anotaron 28 carreras y el pitcheo toleró  66 de sus contrarios. Cuatro veces recibieron blanqueos  y en tres oportunidades fueron dejados en el terreno.

Así terminó la historia de Sparky Anderson en nuestra liga. No le fue bien, pero siempre nos hemos  sentido orgullosos de que haya pasado por aquí. 

Curiosamente, así como dejó esa marca de derrotas seguidas aquí, en las Grandes Ligas, con Detroit, hilvanó una racha de 14 victorias.

Sparky Anderson era un hombre afable, amigo de Gonzálo López Silvero, el narrador y comentarista cubano que por años estuvo en nuestro país enriqueciendo las transmisiones del beisbol en televisión y en radio.

Era sencillo, creció en Dakota, en una casa sin baño interno, con muchas limitaciones por falta de dinero. No era que sentía vergüenza de haber obtenido buena posición a través de su exitoso trabajo, pero el bienestar de todos era un tema del que le gustaba conversar. Sin duda un hombre sensible. 

Tuve el privilegio de entrevistarlo cuando retiraron el uniforme de David Concepción y de muchas cosas que hablamos, recuerdo como me impactó escuchar esta confesion: " Si le hubiera dado descanso a Johnny Bench, seguramente habría jugado más". 

Para cerrar estas líneas, vamos con algunas citas extraídas de Baseball Almanac y que reflejan muy bien cómo fue este magnífico personaje del beisbol, sin duda uno de los mejores managers de todos los tiempos.

Frases de Sparky Anderson:

"Un manager de beisbol es un mal necesario".

"No quisiera avergonzar a ningún otro receptor comparándolo con Johnny Bench". 

"Si tienes que elegir entre el poder y la velocidad, lo que a menudo debes hacer, tienes que elegir la velocidad."

"Los jugadores hacen al manager, nunca es al revés".

"Mi idea de ser manager es darle la pelota a Tom Seaver y sentarme a verlo". 

"Si encuentro a un lanzador con una recta poderosa, una buena curva y con dominio de la Slider, consideraría casarme con él...o al menos proponérselo."

Y con mi favorita despido este espacio dedicado a recordar...

"No puedo creer que nos paguen por jugar beisbol, algo que hacemos gratis desde que somos niños".

Cierre perfecto


Cierre perfecto

El reconocimiento a Miguel Cabrera como Jugador Mas Valioso fue el cierre el perfecto a una temporada magnífica para los venezolanos en las Grandes Ligas.

Ganar la triple corona con más de 200 hits y 40 jonrones,  y contribuir con la trascendencia del equipo hasta la postemporada fueron hechos indiscutibles en la determinación de los votantes de la BBWWA. Aunque hablamos mucho de la sabermetría, del cambio de paradigma en la evaluación de los jugadores y de los atributos de Mike Trout, la "vieja escuela" se impuso a favor del nuestro, cómodamente además.

Miguel Cabrera culminó con el máximo reconocimiento al que puede aspirar un grandeliga, el premio al Jugador Mas Valioso (MVP) luego superar una campaña en la que sus competidores estuvieron amenazando sus números hasta el final, lo que sólo enfatiza que "Cabrerita" es el mejor entre los mejores bateadores. Por encima del promedio de los superiores al promedio.

Creo que tanto leer análisis sabemétricos me hicieron dudar de lo indudable. 

Los méritos de Trout como jugador no pueden objetarse, el Novato del año tuvo una campaña sobresaliente y con o sin WAR, a simple vista se sabe que es una estrella, pero no como alzarse con el MVP por encima de un hombre que gano la triple corona después de 45 años y además condujo a su equipo a los play offs.

La sabermetría, insisto en decir, sirve para mucho, pero no sirve para todo. No es enemiga de nadie, trata de convertir a un jugador en números para reducir la subjetividad, pero no puede reducir a un jugador a números. Los intangibles y hechos tan concretos como que su aporte fue clave para las metas de Detroit,  tenían que tener una recompensa y luego de conocida la votación, es indudable que afortunadamente la mayoría no se dejó llevar por el nuevo paradigma.

No fue unánime, era de esperarse, el último triple coronado antes que él, Carl Yastrzemski tampoco, le faltó un voto que por cierto fue para el venezolano César Tovar en 1967.

Mientras unos temíamos a la sabemetría, otros pensaban que el hecho de ser latino iba a afectarlo. Todos nos equivocamos, la contundencia del maracayero este 2012 fue reconocida por la gran mayoría de los escritores de beisbol, quienes apreciaron lo hecho por Mike Trout al darle el Novato del Año por decisión unánime y subrayaron la histórica temporada del venezolano con el MVP.

Con 29 años, más maduro, seguro de si, con muchas lecciones aprendidas y enfocado,  ahora es cuando vienen titulares de Miguel Cabrera.


Miguel lo hizo todo



Al final de la tarde de este jueves sabremos si Miguel Cabrera resultó electo el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.


Sería un justo final a una temporada histórica en la que "Cabrerita" ganó la triple corona de bateo con números sobresalientes y fue clave en la trascendencia de su equipo a la postemporada.
Ya colecciona varios premios por su actuación de esta campaña, además de la gran hazaña. El premio Hank Aaron. Jugador del Año según la prestigiosa revista Sporting News en una encuesta a más de 200 jugadores.  El Bate de Plata...Pero el codiciado premio al Más Valioso es una distinción que debería corresponderle sin dudas...y las hay.


La increíble actuación de Mike Trout, quien ya ganó por unanimidad el Novato del Año, ha sido también destacada por no pocos de los escritores con voto.

Esperemos que no se imponga la tendencia de la "justicia" de la sabermetría, que si bien pretende convertir en números indiscutibles todo lo que es capaz de hacer un jugador, no es infalible. No creo que nadie pueda discutir que Mike Trout Tuvo una campaña extraordinaria, que sus números y especialmente el WAR lo favorecen, que es un pelotero versátil, completo, pero ¿Fue más valioso para su equipo que Miguel Cabrera para Detroit?
¿Cuál es el concepto para aquellos que aseguran que no se puede seguir midiendo al MVP por promedio, jonrones y carreras empujadas?

Para elegir al MVP cada votante se guió por su criterio. Opinó según su valoración de los números y de los intangibles. 

Aunque ya hemos manifestado otras veces temores sobre la decisión de la Asociación de Escritores de Beisbol de América, esperamos que las opiniones hayan favorecido al pelotero de Maracay.

Miguel Cabrera tuvo una valiosa campaña en el terreno de juego y en el terreno de la vida demostró que pudo superar una conducta que habría podido alejarlo de ese camino que hoy parece conducirlo a las grandes cumbres del beisbol y su historia.

Un lector preguntaba hace unos días por qué no le preguntamos a Cabrera qué había pasado en su casa y otros detalles. Le respondimos que la idea de ese trabajo íntimo con Miguel, no buscaba saber de su vida privada, de la que se ha escrito y especulado suficiente, sino qué pasó dentro de su cabeza, qué pasó con él como persona y como jugador, para entender que debía enderezar el rumbo.

Esta tarde sabremos si Miguel Cabrera es el primer venezolano ganador del "Jugador Más Valioso". Sería el cierre perfecto. 

Lo que él tenía que hacer lo hizo, lo que dependía de su talento, y eso vale mas que cualquier opinión. En la historia del 2012,  el nombre de Miguel Cabrera es el gran titular.

#modobuzas
Aunque lo llaman "La pesadilla" y cuando va a batear se escucha en el sonido interno del Universitario el tema del clásico del suspenso y terror "Psicósis", para las aficionadas caraquistas es de los jugadores más apetecidos. La temporada pasada Josh Kroger no vio acción en la LVBP, impedido por una lesión. Cuando apareció por primera vez en la alineación en esta zafra, el importado recibió una ovación poco usual para un jugador que no es criollo, muestra de lo que esperan los caraquistas de él. Vino con nuevo look, pero eso no le restó atractivo a decir de las aficionadas de los Leones a quienes en verdad, mas allá de todo, lo que lo hace lucir más guapo es que dio el  batazo decisivo para ganarle un juego al Magallanes.

#Despedido
El 15 de noviembre de 1964, la gerencia del Magallanes decidió despedir al manager Sparky Anderson luego de 13 derrotas consecutivas ocurridas entre el 22 de octubre y el 13 de noviembre. Alfonso "Chico"  Carrasquel fue su sustituto, pero Magallanes quedó eliminado en esa campaña.

#Dijo Sparky
"Si me encuentro un lanzador con una recta poderosa, una buena curva y dominio de la Slider, consideraría casarme con él...o al menos proponérselo". El sentido del humor fue una de las mejores características de Sparky Anderson,  habitante del Salón de la Fama de Cooperstown.

#Para la biblioteca
Además de ganarle al Caracas, los Tiburonesa Guaira continuaron la celebración de su 50 aniversario bautizando otro libro histórico de la llave de escritores Javier González y Carlos Figueroa Ruiz: "50 años de una pasión". Para los fieles guairistas y todos los amantes de nuestro beisbol.

jueves, 15 de noviembre de 2012

El primer pitcheo



 El primer pitcheo


Hacer el primer lanzamiento en un juego de beisbol ha sido un honor desde siempre. Un privilegio reservado a legendarios del juego de pelota o a "civiles" cuyas trayectorias les hacen merecedores de subir a la lomita a inaugurar el juego, que es como subir al Olimpo y encender la antorcha.

El primer día de esta temporada estaban los "Héroes del 41" a quienes siempre es emocionante ver, con todos sus años, sus cuentos y todo ese beisbol que llevan puesto.

Ese día muchos imaginamos que parte de la celebración de los 70 años incluirían un estelar cada domingo. Una leyenda que sirviera de excusa para recordar lo que ha sido el Caracas desde siempre.

La semana pasada el honor lo tuvo Omar Daal, quien recibió aplausos de toda la afición en la que dejó victorias. Derrochó clase y su primer pitcheo cayó en strike, como tantas veces.

Y como los hemos visto a ellos, queremos ver a Luis Pañalver, Jesús Alfaro, Andrés Galarraga, a los hijos de Baudilio Díaz, César Tovar o Gonzálo Márquez, a las hermanas Carrasquel, a Marcano Trillo, a Vitico y Pompeyo Davalillo, a Urbano Lugo padre y  "Urbanito", a Antonio Armas, Carlos Hernández, Omar Vizquel y al " Chino" Cáceres...La lista es interminable si hurgamos un ratico nada más en su historia. ¡Es que el Caracas tiene  tanta historia para recordar cada domingo, que faltarían domingos para verlos a todos!

A Musulungo Herrera, como inolvidable catcher y ompayita...

Entre la afición caraquista  está la doctora Marta Villarroel, una fanática que sigue al equipo desde los tiempos del Cervecería y que no deja de ir a un juego, uniformada como el equipo, aupándolos pase lo que pase. Ella es una figura de la tribuna, una dama, como Flor Guzmán, la niña que lleva caramelos al estadio desde los días de San Agustín, ambas parte de la historia del Caracas.

La rectora de la Universidad Central de Venezuela es caraquista, habría sido un gusto verla enaltecer el morrito del Universitario el día de la inauguración de la pizarra electrónica. Ella representa los valores de cultura de paz de los universitarios y las mujeres venezolanas.

Tener el inmenso honor de lanzar la primera pelota debe servir para reconocer trayectorias, dentro o fuera del beisbol. Debe ser un privilegio reservado a figuras cuyas vidas sean ejemplares.

El beisbol es un juego de ritos y ese rito del primer pitcheo debe preservarse 
a quienes de verdad lo merecen. 

Al beisbol hay que respetarlo siempre y los caraquistas esperamos que la gerencia no olvide eso, así el patrocinador sea el Papa.

Una crónica de hace tiempo...



El 22 de enero de 2010, Caracas y Magallanes se enfrentaron por tercera vez en una final.

Los turcos ganaron las ediciones de las temporadas 93-94 y 96-97...

Para recordar un juego de tantos...aquí recordamos.


Motivos  de revancha

Omar Vizquel no pudo darle mejor a la bola. Los caraquistas en el José Bernardo Pérez ya habíamos tomado impulso para chocar las palmas y celebrar el hit. 

El sonido fue claro, ese que se escucha cuando el impacto es sólido y contundente y que provoca la celebración antes de que la bola pique, pero que es una alegría que dura segundos si la pelota no cae en terreno de nadie porque aparece un jardinero, un campocorto o cualquiera que lleve un guante, para dar un salto digno de Michael Jordan y guindarse de una línea, para llegarle al batazo que parecía un jonrón o volar como un arquero seguro de detener el tiro penal, para atrapar la pelota y acabar con la vida de un montón de almas. 

Así fue, aquella vez, el "Súper Caballo" de los Leones del Caracas, Omar Vizquel, le dio a la bola para sepultar con ese batazo al Magallanes y entonces apareció él, un jovencito de Agua Negra, estado Yaracuy, delgadito y pimentoso cuyo nombre tuvimos que aprendernos desde sus primeros juegos gracias a cómo le hacía honor a eso que se llama "beisbol caribe", Melvin Mora. 

La bola, lógicamente, era el centro de atención, por eso él parecía venir del más allá.  Parecía un chita hacia su presa hasta que atrapó la bola a milímetros de la grama y del sueño caraquista de ganar la primera final entre los rivales eternos... 

sábado, 10 de noviembre de 2012

El Beisbol y la abstracción




De los millones de objetos que existen en el mundo, sin duda la pelota es de los más conocidos por los seres humanos. Hay pelotas para todo y desde siempre. En las manifestaciones artísticas más antiguas, puede comprobarse que es un objeto que nos ha acompañado desde el principio. 

Desde los tiempos más remotos, la pelota forma parte de la sociedad, nos ha permitido relacionarnos, compartir, competir, divertirnos, resignarnos, emocionarnos, alegrarnos y sufrir. 

Jugando con una pelota hemos aprendido a ganar y a perder. No parece posible pensar que existe o haya existido un niño en el planeta tierra, que no haya encontrado en una pelota la mejor compañía. 

Mientras la ingeniería busca cómo mejorar el diseño o los materiales de una pelota, los niños son capaces de jugar con naranjas o confeccionar esféricas con un envase de jugo apretado con cinta adhesiva. 

Gracias a un objeto tan sencillo como una pelota, es posible que las personas más diversas de todo el mundo, por un tiempo, por una temporada o por años, estén unidos al menos en el deseo de que un equipo gane. Que sea el mejor con la pelota, a la que no podemos quitarle la vista de encima, de la que no podemos abstraernos.

Sabemos que quien domine la pelota suele ser el ganador. En casi todos los deportes, los atacantes tienen el poder de la esfera. En casi todos los deportes, en el beisbol no es así. 

Seguramente por abstracto, el beisbol es incomprensible para los desprevenidos o no "iniciados". Como nos sucede a algunos cuando vemos un cuadro de Paul Klee o Joan Miró, pero nos gusta. 

En el beisbol los que defienden tienen la pelota y los que atacan sólo entran en contacto con ella dándole con un palo, cuando pueden. Si lo hacen en tres ocasiones de diez, serán considerados hombres exitosos. Estrellas casi sobre humanas. Como decía uno de los mejores bateadores, el legendario Ted Williams, "es el único campo" donde esta estadística es brillante.

No se asusten, se que estos minutos no son para hablar de beisbol sino de la abstracción. Pero es que el beisbol es un deporte tan abstracto que puede traducirse en matemáticas. Su nombre es "pelota base" y a simple vista pareciera que se apoya únicamente en estadísticas y habilidades físicas, pero hay mucho más.

Es definitivamente un magnífico ejemplo de la abstracción. Con números es posible predecir lo que puede ocurrir en el partido o con un jugador, pero como no es un ciencia exacta, equivocarnos es una posibilidad muy concreta.

La abstracción es la herramienta de los escritores para poder expresar lo que pasa en un campo de beisbol, con números y palabras para describir el todo, recomponerlo.

Pero los números solos no pueden describir a los jugadores especiales, reflejan que en 1976 hubo un novato sensacional, pero no cuentan que le hablaba a la pelota y mucho menos que parecía cosa de magia, como si podía animarlas.

Mark Fidrych era casi un desconocido la primera vez que abrió un juego en las Grandes Ligas. Apareció como han aparecido todos, uniformado, con un guante en la mano y con el ánimo de lucirse.

Mark Fidrych lo hizo, no sólo porque tenía indiscutible control de sus envíos o porque podía, como dicen los expertos "poner la pelota donde quería" sino porque además les hablaba antes de lanzar al home.

Les indicaba por donde debían pasar, con mucha ternura, y lanzaba un strike despiadado. En pocas aperturas se ganó la atención de todos los aficionados y fue catapultado a la fama cuando su equipo, los Tigres de Detroit, enfrentó a los Yankees de Nueva York y se transmitió por la televisión nacional.

Antes que él hubo decenas de lanzadores que podían pitchear muy bien y trabajar el juego completo, pero él llamaba la atención además, por su parecido con "The Big Bird" de Plaza Sésamo. También ocupó la portada de The Rolling Stones. De hecho fue el primer deportista que apareció en la prestigiosa revista de los roqueros.

Y ese objeto central, que dicen que quien le quite la vista de encima, pierde, parecía obedecer al "Pájaro" Fidrych. Y de algo tan concreto como una pelota lanzada al receptor, el joven lanzador, según se recuerda en las crónicas de la época, maravillaba; como acostumbran maravillar ciertos locos que se vuelven inolvidables desafiando lo concreto.

Y para describir sus envíos, los narradores, periodistas y escritores de entonces recurrían a las palabras que desde siempre comprueban que el beisbol es tan abstracto, que una pelota puede ser una recta y también una curva. Que describe parábolas que se parecen a las serpentinas, que va tan rápido como una bala o tan lenta que parece que bostezara. 

Algunos, por culpa de Mark Fidrych, se quedaron para siempre con la duda de si la pelota es en verdad sólo un objeto. 

Pero lo que si queda claro es que la mayor abstracción del beisbol y las pelotas puede verse en los rostros emocionados de los fanáticos cuando se desaparece antes nuestros ojos en la mascota del catcher con el cuarto bate en el home o cuando después del sonido del impacto de la madera en el cuero, la vemos perderse más allá de la cerca y un hombre corre al home con la carrera de la victoria.

Walt Whittman, periodista, escritor, poeta, hombre sensible, quiso saber qué era eso que ocurría los sábados en un campo de Nueva York, donde miles de hombres y mujeres se reunían a ver un juego de pelota.

Iban a ver cómo unos hombres con extraños atuendos intentaban darle a una pelota con un palo. Entonces fue a ver un juego de beisbol y concluyó: 
"Veo cosas grandiosas en el béisbol. Es nuestro juego. Sacará a la gente de su encierro, los llenará de oxígeno, otorgándoles un mayor estoicismo físico. Tenderá a salvarnos de ser un conjunto nervioso y dispéptico. Reparará nuestras pérdidas y será una bendición para todos nosotros".

Hola! Probando, probando

¡Hola! Finalmente me animé a abrir un blogg, un lugar entre ustedes y yo, para compartir todos mis textos de beisbol.

Quiero comenzar compartiendo esta reflexión sobre el beisbol y la abstracción, preparado especialemente para la actividad "Seminario: La traición de lo contemporáneo". Convocado por la Fundación Cisneros y la Colección Patricia Phelps de Cicneros.

La curadora de la Colección PPC, Sofía Hernández, me pidió una reflexión, con el formato Pecha Kucha, es decir, a través de 20 láminas proyectadas con una duración de 20 segundos cada una, a través de las cuales se expresa una idea de un tema específico.

A continuación, mi Pecha Kucha...