Temporada heroica
Siempre se ha dicho que Miguel Cabrera es un "natural". Se usa el término para definir sus condiciones innatas para jugar beisbol. Su habilidad asombrosa de ajustarse en el plato, en fracciones de segundos, desde que el lanzador suelta la pelota. Sin duda el maracayero hace que batear luzca como cosa fácil, como si para él no existen pitcheos o pitchers que puedan detenerlo.
Ya parece que "natural" no es la definición que lo honra. Desde que apareció en las Mayores en 2003 ha ido demostrando que es mucho más que lo que decían los pronósticos. Parece que Cabrera es "sobrenatural".
Este 2013, especialmente desde el Juego de las Estrellas. Miguel ha presentado molestias que limitaron sus capacidades. Al terminar esta temporada sabremos qué fue lo que aquejó al triple coronado.
Si Cabrerita estuviese al tope de sus condiciones, es muy probable que la pelea por el liderato de HR fuese cerrada o quién sabe si ya habría superado a Chris Davis, quien la noche del martes llegó 51 para desplazar a Brady Anderson, quien conectó 50 vuelacercas en 1996, en la lista de todos los tiempos para los Orioles.
Algunos especulan sobre las razones de la ventaja de Davis, incluyendo el hecho de que Cabrera es latinoamericano, yo no creo en eso. Además de sus condiciones, si Davis ha tenido suerte es conseguir a su rival en la carrera de los jonrones sin estar al 100 por ciento.
Y aunque juega un tanto mermado, Miguel Cabrera, por lo menos, repetirá por tercera campaña consecutiva como líder en promedio de la Liga Americana.
Quienes están más pendientes de la posibilidad de que sea el único hasta ahora con dos triples coronas seguidas es la afición, el está concentrado en dar los batazos para ayudar a los Tigres, seguramente lo descansarán unos días cuando clasifiquen. Miguel, para qué decirlo, es una joya.
Lo hemos visto batear y correr las bases con evidentes muestras de, por lo menos, incomodidad y aún así se ve sobrado.
Pasaron 15 juegos sin dar jonrones antes de largar el 44 el martes y el deseo es que haya terminado la sequía para que alcance y supere a Andrés Galarraga, quien dejó el récord para los criollos en 47 batazos de cuatro esquinas en 1996, cuando además comandó la Liga Nacional en carreras impulsadas con 150.
Hay quienes atribuyen el descenso en septiembre al cansancio y la presión. Me atrevo a decir que la molestia física que aqueja a Miguel ha sido determinante en esto y no dudo en darle dimensiones heroicas al hecho de que siga jugando para hacer ganar a su equipo mas que para sus números.
Estoy segura de que recordaremos la épica de Miguel en esta temporada. Puro coraje.