Con Cariño Caraquista
“No sé si seremos turcos, eléctricos o navegantes…”
Es una de las frases de la guaracha del maestro Billo Frómeta sobre los Navegantes del Magallanes.
No creo que exista un solo caraquista que no se la sepa, incluso que alguna vez no se haya sorprendido a sí mismo tarareándola, porque como toda buena guaracha es pegajosa.
Ya se habrá dado cuenta el amable lector, que muchos de los cuentos de beisbol que conozco me llegaron a través de mi papá, caraquista y sobre todo amante del beisbol.
Acababa Magallanes de titularse campeón del Caribe cuando Billo le dedicó el famosísimo tema.
Era niña caraquista y escandalosa, me llenaba la boca diciendo que había ido al estadio y que había visto a César Tovar y a “Vitico”, así que cuando ganó el Magallanes el primer título del Caribe para los venezolanos, mis amigos y rivales del beisbol se las “echaban” conmigo y me chalequeaban.
Tenían con qué, era verdad que habían ganado la Serie del Caribe y encima tenían una canción que sonaba en todas partes. Si, no pocas veces me quedé con la melodía. ”No hay quien le gane, al Magallanes”.
Cuando el 31 de diciembre mi papá ponía los discos de “La Billo’s Caracas Boys”, saltaba el “surco” hasta el siguiente tema. Nadie protestaba, en mi casa no había magallaneros por ninguna parte.
Una vez me explicó la letra, fue cuando supe que como don Carlos Lavaud, uno de los propietarios del Magallanes, gerente del club cuando fue fundada la liga en 1946, tenía una tienda cerca de la Plaza “El Venezolano”, llamada “El quipo eléctrico” y por eso les decían también “los eléctricos” y de ahí que la canción de Billo dice así.
Lo de “turcos” es porque dos de sus fundadores, Alberto y Ricardo Salomón y creo que por alguna razón a don Carlos Lavaud, también le decían “el turco”, pero no lo sé con certeza.
Lo cierto es que era la explicación de mi papá, quien con el tiempo ya no se ocupó más de saltar la celebérrima canción.
Magallanes es la institución deportiva de mayor prosapia en nuestra historia deportiva. Al menos el nombre, para no entrar en detalles legales.
Nació en un bar perteneciente a Anrtonio Benítez, de nombre ya augurioso, “Back stop”. Fue él quien propuso el nombre, no en homenaje al marino portugués específicamente, sino por el estrecho de Magallanes y la dificultad de navegarlo. Sometió el nombre a votación. Según algunos cuenteros, ganó por un sólo voto.
Lo cierto es que por los alrededores de las plaza Pérez Bonalde se ubicó el primer campo para que jugara el club recién nacido, ese lugar hoy en día lo conocemos como “Los Magallanes de Catia”.
Así se llama el lugar gracias al equipo que hoy celebra 96 años, Navegantes del Magallanes, siendo prácticamente único el caso de una toponimia determinada por un club deportivo.
Magallanes siempre aspiró a poder medirse de igual a igual con sus competidores de entonces, el Royal, que a la postre heredó al “Cervecería Caracas” y más tarde y hasta el fin del mundo Leones del Caracas. La rivalidad entonces también tiene casi un siglo.
La historia del Magallanes es muy rica. Habla de una Caracas que sólo podemos ver en viejos retratos, de un país que recién recibía como propio un deporte desconocido, momentos y personajes históricos.
El Magallanes cuenta la historia de héroes civiles, de soñadores y empresarios que se fajaron para hacer realidad eso que hoy conocemos como a Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
Y canciones, por supuesto, las dos guarachas de BIllo, tan enamorado de Caracas y sin embargo tan Magallanero.
En el caso de los caraquistas, nuestros enemigos eternos, los de siempre. De pronto surgen rivales y rivalidades, pero ninguna se compara a la que sentimos unos por otros.
No por loco preguntó el amigo tuitero Boris García, @Bopnc, que qué hacía el Magallanes antes de que existiera el Caracas…ya lo dijimos, el “enfrentamiento” comenzó con el Royal a finales de los años 20 y de allá hasta acá no hemos parado de vivir el uno en contra del otro y por y para el otro.
Magallanes, recién en la misma categoría que el Royal y el Santa Marta, le ganó una serie de tres juegos al Royal y desde entonces sabemos la historia.
Nos hemos divertido mucho. Además esa “rivalidad” es, para quienes la experimentamos, una emoción muy sabrosa.
Que no se ofendan los demás, pero este es un asunto que sólo magallaneros y caraquistas comprendemos. Con los demás también se disfruta mucho y también se sufre, pero nada como este “odio” que nos tenemos los turcos y nosotros.
Además y sobre todo en estos últimos tiempos, creo que es maravilloso ver cómo somos en el estadio en un Caracas-Magallanes. Es un enfrentamiento tan apasionado, visceral y enconado y al mismo tiempo tan amable y divertido, que es ejemplo de verdadera tolerancia y respeto por el otro.
No dudo en afirmar que es nuestra esencia, como somos en un Caracas-Magallanes es como somos como país.
Queremos ganarle al otro y disfrutar la victoria, pero si perdemos no nos llevamos las sillas y las almohadillas o amenazamos con demoler al otro y exterminarlo para que no regrese, no qué va, ojalá fuésemos siempre como somos en un Caracas-Magallanes.
Cumplen hoy 93 años, desde siempre, como dice Billo, han querido hacer de los Leones chicharrones, pero hasta el próximo juego…
Feliz cumpleaños Magallanes, felicidades magallaneros…y sí, por qué no, felicidades a los caraquistas por tener en frente a un rival de tantos innings.
sábado, 26 de octubre de 2013
lunes, 14 de octubre de 2013
Ty Cobb me sigue
La red social Twitter tiene muchos encantos. Su gran virtud es conectar a personas en todo el mundo y hasta más allá o desde el más allá...
Existen cuentas para todos los gustos. La diversidad del planeta se congrega en la infinita "jaula virtual" para trinar con libertad.
Hay quienes se refugian en seudónimos o asumen personajes de la historia, por eso es posible encontrarse a Frank Sinatra o a Napoleón Bonaparte opinando de cualquier cosa.
Desde hace tiempo sigo la cuenta de Ty Cobb @The_Ty_Cobb. Me pareció divertido encontrármelo en la red aupando a Miguel Cabrera y de inmediato me interesó ver sus tuits. Con el temperamento que cuenta la leyenda del "Melocotón de Georgia", el Ty de Twitter escribe sin piedad y también celebra las grandes cosas que pasan con los Tigres de Detroit.
Sabemos que Cobb fue un hombre difícil. Sureño, racista como tantos nacidos en Atlanta en el siglo IXX y de mal carácter; la muerte en extrañas circunstancias de su padre lo convirtió en un hombre áspero y desconfiado. Sin embargo Ty Cobb es uno de los jugadores más talentosos y especiales de la historia del beisbol. Un bateador extraordinario, por encima del promedio de los mas estelares; inteligente y hábil para correr las bases, y ambicioso por ganar siempre.
El Ty de Twitter es admirador de Miguel Cabrera y hace esfuerzos por escribir en español. Aplaude a Prince Fielder y liga los ponches que propina Aníbal Sánchez.
Hace poco me empezó a seguir y no deja de ser alucinante intercambiar con una cuenta que dice que es él, "The Georgia Peach", como si lo hiciera su fantasma. Divertido y afable.
Y como en la película "Campo de sueños", escribiendo desde la Ipad, otro día se interpuso en la pantalla un aviso de Twitter que decía: "Joe Jackson te está siguiendo".
Lo nombré en un tuit al que el fantasma de Ty Cobb le dio retuit y se apareció, como en la película de Kevin Costner, a contarme su historia.
"Si lo construyes, ellos vendrán", le dijo "la voz" a Ray Kinsela en el clásico del cine dedicado al beisbol.
Después se aparecieron en mi "Time line": Walter Johnson, Babe Ruth y Nap Lajoie.
Estoy esperando a los 8 desterrados. Ojalá alguien abra la cuenta del "Fantasma de la Calle 35" Alfonso Carrasquel y desde allí se recuerden sus singulares historias.
Dijo una vez Babe Ruth que su inspiración como bateador era Joe Jackson y aunque no quería mucho a Cobb, reconocía su dotes superiores en el plato. Walter Johnson los ponchaba a todos con una recta que dicen que nadie podía ver y ahora su fantasma del Twitter recuerda su leyenda.
"Si tuiteas, ellos vendrán".
Es divertido, fantasmas estelares que deambulan por la red. Geniales espectros 2.0.
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