Joe “Descalzo” Jackson mira maravillado el campo al lado del sembradío de maíz y pregunta a Ray Kinsella:
- ¿Es esto el cielo?
-¡No, es Iowa! –contesta el dueño del estadio, interpretado magníficamente por Kevin Costner al personaje que encarna Ray Liotta, “Shoeless” uno de los mejores bateadores de toda la historia, un hombre cuya leyenda crece a medida que ha pasado el tiempo desde que fue expulsado para siempre del beisbol, por haber formado parte de los ocho hombres que “vendieron” la Serie Mundial de 1919. Los “Medias Negras” de Chicago.
Para que tengamos una idea de lo que significaba Jackson como bateador, el mismísimo Babe Ruth admitió estudiaba el estilo del “Descalzo” “era suficientemente bueno para mi: dijo una vez.
No pocos aseguran que fue un jugador completo, de esos que hacen todo en forma sobresaliente. Se habla de él, de Ty Cobb y Willie Mays cuando se trata de resaltar a quienes han podido estar muy por encima del promedio en cada fundamento de juego y aún más allá, en los intangibles que no recogen las estadísticas.
Eddie Collins, uno de los mejores jugadores del beisbol, le dijo una vez a Ted Williams, bateador de dotes extraordinarias, cuando fue su coach: “Lo único parecido a Joe Jackson que he visto eres tú”.
Aún hoy el mundo del beisbol, los mayores, los contemporáneos y los más jóvenes que se enteran de sus historia sólo revisando los números, coinciden en que la condena perpetua a la que fue sentenciado por el juez Keneseaw Mountain Landis, primer comisionado del beisbol, cuando se comprobó que Jackson y otros siete jugadores de los Medias Blancas, aceptaron dinero a cambio de jugar para que el equipo perdiera. Se repartieron cien mil dólares y todas las culpas.
Sabemos que recibió dinero, aquellos Medias Blancas le pidieron montones de veces al dueño del equipo, Charles Comiskey que les pagara mejor, que tenían compromisos familiares. Comiskey era un miserable.
Aunque nada justifica la acción, esa necesidad se desvió para convertirse en uno de los episodios meas despreciables de la historia del juego. Los jugadores aceptaron el dinero y jugaron, como se dice en argot “para atrás”.
Sin embargo los números de “Descalzo” evidencia otra cosa y certifican lo que todo el mundo dice, que era un jugador que entrega el alma, así que no podía entregar un juego,
Joe Jackson jugó la Serie Mundial, sin cometer errores, bateó para .375, tres dobles, un triple, cuadrangular y fue líder en carreras impulsadas para Chicago
Una versión indica que no cobró, otra que si lo hizo pero que cuando quiso devolver el pago no lo aceptaron y la que es cierta sin dudas es que lo advirtió a Comiskey y éste, con la prepotencia que lo caracterizaba, no le hizo caso.
Los ocho implicados fueron sentenciados de por vida al destierro del beisbol. De todos, Joe Jackson siempre ha sido defendido.
El mismísimo Ted Williams dijo en una oportunidad: “Joe, que no hizo nada, pagó su sentencia y porque no se pueda resucitar a Landis (ya que debe ser el mismo Comisionado que sentenció quien revise y suspenda la medida) no puede andar así eternamente…me da asco cada vez que veo debajo de mi placa y a pocos centímetros la de Comiskey y el Descalzo todavía esperando afuera.”
Pero el destierro ha sido únicamente de los registros oficiales, su historia es innegable y con los años, su leyenda sólo ha servido para que muchos de los que nacimos después, incluso de su muerte, ocurrida el 5 de diciembre de 1951, lo tengamos entre nuestros favoritos.
Ahora que vemos estrellas bajo sospecha o confesos de haber usado esteroides y otras conductas deplorables, se nos hace difícil entender que persista el destierro, pero así será hasta el fin de los días.
Una de los momentos más conmovedores de “Campo de Sueños” es este diálogo entre Jackson y Kinsella:
“- ¿Apuesto a que es bueno jugar de nuevo, verdad?-le pregunta Ray Kinsella (Kevin Costner).
- Haber sido expulsado del beisbol fue como si me hubieran amputado una parte del cuerpo. Me han dicho que algunas personas se despiertan con sensación de comezón en las piernas, cuando tiene 50 años que les fueron amputadas. Así me pasa a mí. Me despierto en la noche con el olor de los parques de pelota en mi nariz, la frescura del pasto en mis pies. La emoción del pasto –responde “Descalzo”
Y siguió -Amo este juego, habría jugado sólo por comida. Jugaba por amor el juego, los sonidos, los olores. ¿Alguna vez has sostenido una pelota o un guante frente a tu cara?
Sí- respondió orgulloso Kinsella
Y terminó Joe diciendo
-Amaba viajar en tren de ciudad en ciudad. Los hoteles con sus lujosos vestíbulos y las camas de latón en los cuartos. La gente en el estadio, de pie cuando una bola es conectada a la parte lejana de los jardines. ¡Maldición! hubiera jugado gratis”.
Joe Jackson, un día como hoy dio su último imparable…al año siguiente fue expulsado para siempre de los registros oficiales, no tiene derecho a ser miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, pero no ha sido posible desterrarlo del corazón del beisbol.
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