“Mis héroes, mis sueños, y mi futuro estaba en el Yankee Stadium”. Derek Jeter
Sin el Capitán
Derek Jeter debutó en las Mayores con 20 años y 337 días. Defendió el campocorto, participó en dos dobleplays y ocupó el noveno turno al bate; se fue de 5-0 y recibió un ponche de Bobby Ayala. Los Yankees perdieron con los Marineros 7-6. Luis Sojo, camarero de Seattle, se fue 5-2 y anotó una vez. El juego se prolongó por 12 episodios en el Kingdome de Seattle, ante 18.948 aficionados. El manager de los Yankees era Buck Showalter y el de los Marineros Lou Piniella.
Jeter llegó de la granja de los Yankees después de ser seleccionado en el Draft Amateur, en la primera ronda como sexta escogencia en 1992. En su año de debut estuvo en 15 juegos y al año siguiente, titular del short stop, lució tanto como ganar el premio a Novato de Año de la Liga Americana, bateó .314.
Se anunciaba la llegada de uno de los mejores Yankees de todos los Yankees.
Nunca hizo alardes de su estatus “Los Yankees tienen 25 héroes”, dijo cuando ganaron la Serie Mundial de 2000.
Los Yankees de 1996, dirigidos por Joe Torre, fueron campeones de la Serie Mundial y repitieron en 1998, 1999, 2000 y 2009 con Jeter en la alineación.
Derek Jeter fue el Jugador Mas Valioso del Juego de las Estrellas de 2000, un gran año en el cual consiguió además del Premio Babe Ruth y también el MVP de la Serie Mundial. Ganó el Premio Hank Aaron dos veces (2006 y 2009) el Roberto Clemente en 2009 y el Premio a la Memoria de Lou Gehrig en 2010. En 20 temporadas fue invitado 14 veces al Clásico de Verano. Suma cinco Bates de Plata e igual número de Guantes de Oro.
Hurgar en los números que ha acumulado Derek Jeter en su historia en las Grandes Ligas, es encontrarse con una carrera fascinante. Números y logros que describen a un jugador excepcional, por encima del promedio, indiscutible futuro habitante del Salón de la Fama de Cooperstown la primera vez que le llegue su turno.
Usando las herramientas de las cuales disponemos para establecer comparaciones con leyendas de todos los tiempos, no quedan dudas sobre sus cualidades. Ubicamos su nombre al lado de los más legendarios protagonistas del beisbol.
La carrera del Capitán Yankee, vista en números, es extraordinaria, pero cuando salimos de las estadísticas, nos conseguimos a un ser humano con grandes virtudes.
Derek Jeter siempre jugó con esos intangibles que la sabermetría no es capaz de medir, como él mismo dijo una vez: “No se puede cuantificar todo lo que un jugador hace para ganar los juegos”.
Derek Jeter demostró, en una época difícil para el beisbol, con la reciente huelga salarial de 1994, que el beisbol “romántico” no había desaparecido. No fue una exageración de Peter Richmond en la revista “GQ” que "Él había sido convocado por los dioses del beisbol, para llevar la antorcha, para ayudar a salvar el equipo y el estadio y tal vez incluso el beisbol en sí”.
Una vez que le preguntaron de su juego entregado confesó: “Supe que Joe DiMaggio dijo que él jugaba pensando que un niño por primera o por última vez estaba asistiendo al juego y que a ese niño debía su mejor esfuerzo, y desde entonces hago lo mismo”.
No sé cuándo supo Jeter de esa filosofía del Yankee Clipper, pero debió ser muy temprano en su carrera, porque siempre le vimos jugando así como un “Old Fashion Boy”.
“Obviamente, eres conocido por lo que haces. Pero deseo ser conocido como una buena persona. Uno es una persona mucho más tiempo, antes y después de ser un atleta profesional”. Es otra de sus frases, digna de marquesina.
“Humildad” es otra palabra que lo define, firmó autógrafos, posó para fotografías, dio entrevistas, participó en cada evento de caridad al que fue convocado y siempre con una sonrisa, atento, afectuoso, sin pretextos.
Por eso fue recibido en cada parque rival con honores de héroe del beisbol. Los flashes fueron para él, todos quisieron verlo, aplaudirlo, hacerle saber lo que significa para el juego con su ejemplo como pelotero y como ser humano.
"Es algo único para un hombre joven en la década de 1990. Dotado como él está con todo ese talento, todo ese dinero y esos modales impecables. En esta era de atletas groseros, fanáticos desagradables, propietarios codiciosos y mitos rotos , aquí hay un héroe que en realidad es amable, y eso tiene que haber venido de una buena crianza”, dijo el periodista deportivo Gay Talese.
Para el economista y escritor Lawrence Ritter: “La cosa más fuerte que tiene el beisbol son sus ayeres”, bueno, Jeter se esmeró en darnos el privilegio de no extrañar esos ayeres.
En su famosa canción “Mrs. Robinson”, Simon y Garfunkel se preguntaron dónde estaba Joe DiMaggio, la inquietud me hizo recordar una frase de Sarah Jessica Parker (Carrie Bradshaw) en Sex and the City “Derek Jeter no está en la lista de lesionados…Todo está bien en el mundo”.
¿Cómo será el mundo sin Jeter en el lineup?
Será extraña la primavera en Tampa, el Capitán no llegará con sus ansias de novato a los entrenamientos. En el Yankee Stadium no se escuchará más “La Voz de Dios”, Bob Sheppard, anunciándolo en el orden al bate.
El próximo jueves será su último juego en el Bronx y cuando suene “New York, New York” interpretado por Frank Sinatra, no importará quién ganó, Derek Jeter no volverá. “Comiencen a difudir la noticia”…
Por la goma
sábado, 20 de septiembre de 2014
lunes, 2 de diciembre de 2013
Una pelota que se fue a la historia
La pelota del HR de Cal Ripken Jr. el día que empató la cadena de juegos de Lou Gehrig de 2130, fue vendida en una subasta por 41.736 dólares por su dueño, Michael Stirn, quien fildeó la pelota del histórico día en el que Ripken igualó un récord que parecía imposible de alcanzar, el de juegos consecutivos del "Caballo de Hierro" de los Yankees, dicen que de los mejores Yankees de todos los Yankees.
Aquella noche en la que Cal Ripken Jr, igualo en juegos seguidos a Lou Gehrig ocurrió el 5 de septiembre de 1995 en el Oriole Park at Camden Yards, ante 46.804 aficionados.
Todo el mundo del beisbol estaba pendiente, la televisión lo transmitió en vivo y directo, se trababa de un juego histórico que se resolvió en dos horas con 51 minutos.
Las Grandes Ligas celebraban una fiesta protagonizada por uno de los héroes contemporáneos del juego de pelota. El hombre que debutó con excelencia para ser Novato del año en 1982 y que a la temporada siguiente fue el Jugador Mas Valioso, pieza clave en el Campeonato de Serie Mundial que lograron los Orioles en 1983.
Un jugador cuya racha se inició el domingo 30 de mayo de 1982. El nombre del Cal Ripken apareció en el octavo puesto de la alineación del manager Earl Weaver.
Cal Ripken jr, se fue de 2-1 con boleto y ponche.
El juego que inició la racha fue en el “Memorial Stadium” y asistieron 21.632 aficionados. Fue una cálida tarde de poco más de 27 grados centígrados y el principal Vic Voltaggio cantó “¡Play ball!” a las 2 y 39.
Su desempeño como jugador, no solo la increíble seguidilla, lo convirtieron en un habitante del Salón de la Fama de Cooperstown.
En ese juego para empatar a Gehrig, como si ya no era inolvidable la ceremonia cuando el juego fue legal y sus nombres estaban uno al lado del otro, en el sexto episodio, frente al lanzador de los Angelinos, Mark Holzemer, Cal Ripken Jr desapareció la pelota en la profundidades del jardín izquierdo.
Y esa es la pelota histórica que Michel Stirn vendió a un hombre de negocios de Baltimore en una subasta, por casi 42 mil dólares. Dijo Stirn que primero intentó contactar a Ripken y a los Orioles para negociar con ellos, pero nunca recibió respuesta así que decidió venderla meses más tarde.
Para muchos, como para este servidora, una pelota de beisbol que estuvo en juego es un regalo magnifico, la suerte de atrapar un foul o un jonrón es increíble, pero imaginen poder fildear un jonrón que pasó a la historia, particularmente una pelota de cuadrangular de Cal Ripken Jr el día que igualó a Gehrig.
Yo creo que la vendió barata.
Aquella noche en la que Cal Ripken Jr, igualo en juegos seguidos a Lou Gehrig ocurrió el 5 de septiembre de 1995 en el Oriole Park at Camden Yards, ante 46.804 aficionados.
Todo el mundo del beisbol estaba pendiente, la televisión lo transmitió en vivo y directo, se trababa de un juego histórico que se resolvió en dos horas con 51 minutos.
Las Grandes Ligas celebraban una fiesta protagonizada por uno de los héroes contemporáneos del juego de pelota. El hombre que debutó con excelencia para ser Novato del año en 1982 y que a la temporada siguiente fue el Jugador Mas Valioso, pieza clave en el Campeonato de Serie Mundial que lograron los Orioles en 1983.
Un jugador cuya racha se inició el domingo 30 de mayo de 1982. El nombre del Cal Ripken apareció en el octavo puesto de la alineación del manager Earl Weaver.
Cal Ripken jr, se fue de 2-1 con boleto y ponche.
El juego que inició la racha fue en el “Memorial Stadium” y asistieron 21.632 aficionados. Fue una cálida tarde de poco más de 27 grados centígrados y el principal Vic Voltaggio cantó “¡Play ball!” a las 2 y 39.
Su desempeño como jugador, no solo la increíble seguidilla, lo convirtieron en un habitante del Salón de la Fama de Cooperstown.
En ese juego para empatar a Gehrig, como si ya no era inolvidable la ceremonia cuando el juego fue legal y sus nombres estaban uno al lado del otro, en el sexto episodio, frente al lanzador de los Angelinos, Mark Holzemer, Cal Ripken Jr desapareció la pelota en la profundidades del jardín izquierdo.
Y esa es la pelota histórica que Michel Stirn vendió a un hombre de negocios de Baltimore en una subasta, por casi 42 mil dólares. Dijo Stirn que primero intentó contactar a Ripken y a los Orioles para negociar con ellos, pero nunca recibió respuesta así que decidió venderla meses más tarde.
Para muchos, como para este servidora, una pelota de beisbol que estuvo en juego es un regalo magnifico, la suerte de atrapar un foul o un jonrón es increíble, pero imaginen poder fildear un jonrón que pasó a la historia, particularmente una pelota de cuadrangular de Cal Ripken Jr el día que igualó a Gehrig.
Yo creo que la vendió barata.
sábado, 26 de octubre de 2013
Con Cariño Caraquista
“No sé si seremos turcos, eléctricos o navegantes…”
Es una de las frases de la guaracha del maestro Billo Frómeta sobre los Navegantes del Magallanes.
No creo que exista un solo caraquista que no se la sepa, incluso que alguna vez no se haya sorprendido a sí mismo tarareándola, porque como toda buena guaracha es pegajosa.
Ya se habrá dado cuenta el amable lector, que muchos de los cuentos de beisbol que conozco me llegaron a través de mi papá, caraquista y sobre todo amante del beisbol.
Acababa Magallanes de titularse campeón del Caribe cuando Billo le dedicó el famosísimo tema.
Era niña caraquista y escandalosa, me llenaba la boca diciendo que había ido al estadio y que había visto a César Tovar y a “Vitico”, así que cuando ganó el Magallanes el primer título del Caribe para los venezolanos, mis amigos y rivales del beisbol se las “echaban” conmigo y me chalequeaban.
Tenían con qué, era verdad que habían ganado la Serie del Caribe y encima tenían una canción que sonaba en todas partes. Si, no pocas veces me quedé con la melodía. ”No hay quien le gane, al Magallanes”.
Cuando el 31 de diciembre mi papá ponía los discos de “La Billo’s Caracas Boys”, saltaba el “surco” hasta el siguiente tema. Nadie protestaba, en mi casa no había magallaneros por ninguna parte.
Una vez me explicó la letra, fue cuando supe que como don Carlos Lavaud, uno de los propietarios del Magallanes, gerente del club cuando fue fundada la liga en 1946, tenía una tienda cerca de la Plaza “El Venezolano”, llamada “El quipo eléctrico” y por eso les decían también “los eléctricos” y de ahí que la canción de Billo dice así.
Lo de “turcos” es porque dos de sus fundadores, Alberto y Ricardo Salomón y creo que por alguna razón a don Carlos Lavaud, también le decían “el turco”, pero no lo sé con certeza.
Lo cierto es que era la explicación de mi papá, quien con el tiempo ya no se ocupó más de saltar la celebérrima canción.
Magallanes es la institución deportiva de mayor prosapia en nuestra historia deportiva. Al menos el nombre, para no entrar en detalles legales.
Nació en un bar perteneciente a Anrtonio Benítez, de nombre ya augurioso, “Back stop”. Fue él quien propuso el nombre, no en homenaje al marino portugués específicamente, sino por el estrecho de Magallanes y la dificultad de navegarlo. Sometió el nombre a votación. Según algunos cuenteros, ganó por un sólo voto.
Lo cierto es que por los alrededores de las plaza Pérez Bonalde se ubicó el primer campo para que jugara el club recién nacido, ese lugar hoy en día lo conocemos como “Los Magallanes de Catia”.
Así se llama el lugar gracias al equipo que hoy celebra 96 años, Navegantes del Magallanes, siendo prácticamente único el caso de una toponimia determinada por un club deportivo.
Magallanes siempre aspiró a poder medirse de igual a igual con sus competidores de entonces, el Royal, que a la postre heredó al “Cervecería Caracas” y más tarde y hasta el fin del mundo Leones del Caracas. La rivalidad entonces también tiene casi un siglo.
La historia del Magallanes es muy rica. Habla de una Caracas que sólo podemos ver en viejos retratos, de un país que recién recibía como propio un deporte desconocido, momentos y personajes históricos.
El Magallanes cuenta la historia de héroes civiles, de soñadores y empresarios que se fajaron para hacer realidad eso que hoy conocemos como a Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
Y canciones, por supuesto, las dos guarachas de BIllo, tan enamorado de Caracas y sin embargo tan Magallanero.
En el caso de los caraquistas, nuestros enemigos eternos, los de siempre. De pronto surgen rivales y rivalidades, pero ninguna se compara a la que sentimos unos por otros.
No por loco preguntó el amigo tuitero Boris García, @Bopnc, que qué hacía el Magallanes antes de que existiera el Caracas…ya lo dijimos, el “enfrentamiento” comenzó con el Royal a finales de los años 20 y de allá hasta acá no hemos parado de vivir el uno en contra del otro y por y para el otro.
Magallanes, recién en la misma categoría que el Royal y el Santa Marta, le ganó una serie de tres juegos al Royal y desde entonces sabemos la historia.
Nos hemos divertido mucho. Además esa “rivalidad” es, para quienes la experimentamos, una emoción muy sabrosa.
Que no se ofendan los demás, pero este es un asunto que sólo magallaneros y caraquistas comprendemos. Con los demás también se disfruta mucho y también se sufre, pero nada como este “odio” que nos tenemos los turcos y nosotros.
Además y sobre todo en estos últimos tiempos, creo que es maravilloso ver cómo somos en el estadio en un Caracas-Magallanes. Es un enfrentamiento tan apasionado, visceral y enconado y al mismo tiempo tan amable y divertido, que es ejemplo de verdadera tolerancia y respeto por el otro.
No dudo en afirmar que es nuestra esencia, como somos en un Caracas-Magallanes es como somos como país.
Queremos ganarle al otro y disfrutar la victoria, pero si perdemos no nos llevamos las sillas y las almohadillas o amenazamos con demoler al otro y exterminarlo para que no regrese, no qué va, ojalá fuésemos siempre como somos en un Caracas-Magallanes.
Cumplen hoy 93 años, desde siempre, como dice Billo, han querido hacer de los Leones chicharrones, pero hasta el próximo juego…
Feliz cumpleaños Magallanes, felicidades magallaneros…y sí, por qué no, felicidades a los caraquistas por tener en frente a un rival de tantos innings.
“No sé si seremos turcos, eléctricos o navegantes…”
Es una de las frases de la guaracha del maestro Billo Frómeta sobre los Navegantes del Magallanes.
No creo que exista un solo caraquista que no se la sepa, incluso que alguna vez no se haya sorprendido a sí mismo tarareándola, porque como toda buena guaracha es pegajosa.
Ya se habrá dado cuenta el amable lector, que muchos de los cuentos de beisbol que conozco me llegaron a través de mi papá, caraquista y sobre todo amante del beisbol.
Acababa Magallanes de titularse campeón del Caribe cuando Billo le dedicó el famosísimo tema.
Era niña caraquista y escandalosa, me llenaba la boca diciendo que había ido al estadio y que había visto a César Tovar y a “Vitico”, así que cuando ganó el Magallanes el primer título del Caribe para los venezolanos, mis amigos y rivales del beisbol se las “echaban” conmigo y me chalequeaban.
Tenían con qué, era verdad que habían ganado la Serie del Caribe y encima tenían una canción que sonaba en todas partes. Si, no pocas veces me quedé con la melodía. ”No hay quien le gane, al Magallanes”.
Cuando el 31 de diciembre mi papá ponía los discos de “La Billo’s Caracas Boys”, saltaba el “surco” hasta el siguiente tema. Nadie protestaba, en mi casa no había magallaneros por ninguna parte.
Una vez me explicó la letra, fue cuando supe que como don Carlos Lavaud, uno de los propietarios del Magallanes, gerente del club cuando fue fundada la liga en 1946, tenía una tienda cerca de la Plaza “El Venezolano”, llamada “El quipo eléctrico” y por eso les decían también “los eléctricos” y de ahí que la canción de Billo dice así.
Lo de “turcos” es porque dos de sus fundadores, Alberto y Ricardo Salomón y creo que por alguna razón a don Carlos Lavaud, también le decían “el turco”, pero no lo sé con certeza.
Lo cierto es que era la explicación de mi papá, quien con el tiempo ya no se ocupó más de saltar la celebérrima canción.
Magallanes es la institución deportiva de mayor prosapia en nuestra historia deportiva. Al menos el nombre, para no entrar en detalles legales.
Nació en un bar perteneciente a Anrtonio Benítez, de nombre ya augurioso, “Back stop”. Fue él quien propuso el nombre, no en homenaje al marino portugués específicamente, sino por el estrecho de Magallanes y la dificultad de navegarlo. Sometió el nombre a votación. Según algunos cuenteros, ganó por un sólo voto.
Lo cierto es que por los alrededores de las plaza Pérez Bonalde se ubicó el primer campo para que jugara el club recién nacido, ese lugar hoy en día lo conocemos como “Los Magallanes de Catia”.
Así se llama el lugar gracias al equipo que hoy celebra 96 años, Navegantes del Magallanes, siendo prácticamente único el caso de una toponimia determinada por un club deportivo.
Magallanes siempre aspiró a poder medirse de igual a igual con sus competidores de entonces, el Royal, que a la postre heredó al “Cervecería Caracas” y más tarde y hasta el fin del mundo Leones del Caracas. La rivalidad entonces también tiene casi un siglo.
La historia del Magallanes es muy rica. Habla de una Caracas que sólo podemos ver en viejos retratos, de un país que recién recibía como propio un deporte desconocido, momentos y personajes históricos.
El Magallanes cuenta la historia de héroes civiles, de soñadores y empresarios que se fajaron para hacer realidad eso que hoy conocemos como a Liga Venezolana de Beisbol Profesional.
Y canciones, por supuesto, las dos guarachas de BIllo, tan enamorado de Caracas y sin embargo tan Magallanero.
En el caso de los caraquistas, nuestros enemigos eternos, los de siempre. De pronto surgen rivales y rivalidades, pero ninguna se compara a la que sentimos unos por otros.
No por loco preguntó el amigo tuitero Boris García, @Bopnc, que qué hacía el Magallanes antes de que existiera el Caracas…ya lo dijimos, el “enfrentamiento” comenzó con el Royal a finales de los años 20 y de allá hasta acá no hemos parado de vivir el uno en contra del otro y por y para el otro.
Magallanes, recién en la misma categoría que el Royal y el Santa Marta, le ganó una serie de tres juegos al Royal y desde entonces sabemos la historia.
Nos hemos divertido mucho. Además esa “rivalidad” es, para quienes la experimentamos, una emoción muy sabrosa.
Que no se ofendan los demás, pero este es un asunto que sólo magallaneros y caraquistas comprendemos. Con los demás también se disfruta mucho y también se sufre, pero nada como este “odio” que nos tenemos los turcos y nosotros.
Además y sobre todo en estos últimos tiempos, creo que es maravilloso ver cómo somos en el estadio en un Caracas-Magallanes. Es un enfrentamiento tan apasionado, visceral y enconado y al mismo tiempo tan amable y divertido, que es ejemplo de verdadera tolerancia y respeto por el otro.
No dudo en afirmar que es nuestra esencia, como somos en un Caracas-Magallanes es como somos como país.
Queremos ganarle al otro y disfrutar la victoria, pero si perdemos no nos llevamos las sillas y las almohadillas o amenazamos con demoler al otro y exterminarlo para que no regrese, no qué va, ojalá fuésemos siempre como somos en un Caracas-Magallanes.
Cumplen hoy 93 años, desde siempre, como dice Billo, han querido hacer de los Leones chicharrones, pero hasta el próximo juego…
Feliz cumpleaños Magallanes, felicidades magallaneros…y sí, por qué no, felicidades a los caraquistas por tener en frente a un rival de tantos innings.
lunes, 14 de octubre de 2013
Ty Cobb me sigue
La red social Twitter tiene muchos encantos. Su gran virtud es conectar a personas en todo el mundo y hasta más allá o desde el más allá...
Existen cuentas para todos los gustos. La diversidad del planeta se congrega en la infinita "jaula virtual" para trinar con libertad.
Hay quienes se refugian en seudónimos o asumen personajes de la historia, por eso es posible encontrarse a Frank Sinatra o a Napoleón Bonaparte opinando de cualquier cosa.
Desde hace tiempo sigo la cuenta de Ty Cobb @The_Ty_Cobb. Me pareció divertido encontrármelo en la red aupando a Miguel Cabrera y de inmediato me interesó ver sus tuits. Con el temperamento que cuenta la leyenda del "Melocotón de Georgia", el Ty de Twitter escribe sin piedad y también celebra las grandes cosas que pasan con los Tigres de Detroit.
Sabemos que Cobb fue un hombre difícil. Sureño, racista como tantos nacidos en Atlanta en el siglo IXX y de mal carácter; la muerte en extrañas circunstancias de su padre lo convirtió en un hombre áspero y desconfiado. Sin embargo Ty Cobb es uno de los jugadores más talentosos y especiales de la historia del beisbol. Un bateador extraordinario, por encima del promedio de los mas estelares; inteligente y hábil para correr las bases, y ambicioso por ganar siempre.
El Ty de Twitter es admirador de Miguel Cabrera y hace esfuerzos por escribir en español. Aplaude a Prince Fielder y liga los ponches que propina Aníbal Sánchez.
Hace poco me empezó a seguir y no deja de ser alucinante intercambiar con una cuenta que dice que es él, "The Georgia Peach", como si lo hiciera su fantasma. Divertido y afable.
Y como en la película "Campo de sueños", escribiendo desde la Ipad, otro día se interpuso en la pantalla un aviso de Twitter que decía: "Joe Jackson te está siguiendo".
Lo nombré en un tuit al que el fantasma de Ty Cobb le dio retuit y se apareció, como en la película de Kevin Costner, a contarme su historia.
"Si lo construyes, ellos vendrán", le dijo "la voz" a Ray Kinsela en el clásico del cine dedicado al beisbol.
Después se aparecieron en mi "Time line": Walter Johnson, Babe Ruth y Nap Lajoie.
Estoy esperando a los 8 desterrados. Ojalá alguien abra la cuenta del "Fantasma de la Calle 35" Alfonso Carrasquel y desde allí se recuerden sus singulares historias.
Dijo una vez Babe Ruth que su inspiración como bateador era Joe Jackson y aunque no quería mucho a Cobb, reconocía su dotes superiores en el plato. Walter Johnson los ponchaba a todos con una recta que dicen que nadie podía ver y ahora su fantasma del Twitter recuerda su leyenda.
"Si tuiteas, ellos vendrán".
Es divertido, fantasmas estelares que deambulan por la red. Geniales espectros 2.0.
viernes, 20 de septiembre de 2013
Temporada heroica
Siempre se ha dicho que Miguel Cabrera es un "natural". Se usa el término para definir sus condiciones innatas para jugar beisbol. Su habilidad asombrosa de ajustarse en el plato, en fracciones de segundos, desde que el lanzador suelta la pelota. Sin duda el maracayero hace que batear luzca como cosa fácil, como si para él no existen pitcheos o pitchers que puedan detenerlo.
Ya parece que "natural" no es la definición que lo honra. Desde que apareció en las Mayores en 2003 ha ido demostrando que es mucho más que lo que decían los pronósticos. Parece que Cabrera es "sobrenatural".
Este 2013, especialmente desde el Juego de las Estrellas. Miguel ha presentado molestias que limitaron sus capacidades. Al terminar esta temporada sabremos qué fue lo que aquejó al triple coronado.
Si Cabrerita estuviese al tope de sus condiciones, es muy probable que la pelea por el liderato de HR fuese cerrada o quién sabe si ya habría superado a Chris Davis, quien la noche del martes llegó 51 para desplazar a Brady Anderson, quien conectó 50 vuelacercas en 1996, en la lista de todos los tiempos para los Orioles.
Algunos especulan sobre las razones de la ventaja de Davis, incluyendo el hecho de que Cabrera es latinoamericano, yo no creo en eso. Además de sus condiciones, si Davis ha tenido suerte es conseguir a su rival en la carrera de los jonrones sin estar al 100 por ciento.
Y aunque juega un tanto mermado, Miguel Cabrera, por lo menos, repetirá por tercera campaña consecutiva como líder en promedio de la Liga Americana.
Quienes están más pendientes de la posibilidad de que sea el único hasta ahora con dos triples coronas seguidas es la afición, el está concentrado en dar los batazos para ayudar a los Tigres, seguramente lo descansarán unos días cuando clasifiquen. Miguel, para qué decirlo, es una joya.
Lo hemos visto batear y correr las bases con evidentes muestras de, por lo menos, incomodidad y aún así se ve sobrado.
Pasaron 15 juegos sin dar jonrones antes de largar el 44 el martes y el deseo es que haya terminado la sequía para que alcance y supere a Andrés Galarraga, quien dejó el récord para los criollos en 47 batazos de cuatro esquinas en 1996, cuando además comandó la Liga Nacional en carreras impulsadas con 150.
Hay quienes atribuyen el descenso en septiembre al cansancio y la presión. Me atrevo a decir que la molestia física que aqueja a Miguel ha sido determinante en esto y no dudo en darle dimensiones heroicas al hecho de que siga jugando para hacer ganar a su equipo mas que para sus números.
Estoy segura de que recordaremos la épica de Miguel en esta temporada. Puro coraje.
martes, 16 de julio de 2013
"Descalzo", el desterrado
Joe “Descalzo” Jackson mira maravillado el campo al lado del sembradío de maíz y pregunta a Ray Kinsella:
- ¿Es esto el cielo?
-¡No, es Iowa! –contesta el dueño del estadio, interpretado magníficamente por Kevin Costner al personaje que encarna Ray Liotta, “Shoeless” uno de los mejores bateadores de toda la historia, un hombre cuya leyenda crece a medida que ha pasado el tiempo desde que fue expulsado para siempre del beisbol, por haber formado parte de los ocho hombres que “vendieron” la Serie Mundial de 1919. Los “Medias Negras” de Chicago.
Para que tengamos una idea de lo que significaba Jackson como bateador, el mismísimo Babe Ruth admitió estudiaba el estilo del “Descalzo” “era suficientemente bueno para mi: dijo una vez.
No pocos aseguran que fue un jugador completo, de esos que hacen todo en forma sobresaliente. Se habla de él, de Ty Cobb y Willie Mays cuando se trata de resaltar a quienes han podido estar muy por encima del promedio en cada fundamento de juego y aún más allá, en los intangibles que no recogen las estadísticas.
Eddie Collins, uno de los mejores jugadores del beisbol, le dijo una vez a Ted Williams, bateador de dotes extraordinarias, cuando fue su coach: “Lo único parecido a Joe Jackson que he visto eres tú”.
Aún hoy el mundo del beisbol, los mayores, los contemporáneos y los más jóvenes que se enteran de sus historia sólo revisando los números, coinciden en que la condena perpetua a la que fue sentenciado por el juez Keneseaw Mountain Landis, primer comisionado del beisbol, cuando se comprobó que Jackson y otros siete jugadores de los Medias Blancas, aceptaron dinero a cambio de jugar para que el equipo perdiera. Se repartieron cien mil dólares y todas las culpas.
Sabemos que recibió dinero, aquellos Medias Blancas le pidieron montones de veces al dueño del equipo, Charles Comiskey que les pagara mejor, que tenían compromisos familiares. Comiskey era un miserable.
Aunque nada justifica la acción, esa necesidad se desvió para convertirse en uno de los episodios meas despreciables de la historia del juego. Los jugadores aceptaron el dinero y jugaron, como se dice en argot “para atrás”.
Sin embargo los números de “Descalzo” evidencia otra cosa y certifican lo que todo el mundo dice, que era un jugador que entrega el alma, así que no podía entregar un juego,
Joe Jackson jugó la Serie Mundial, sin cometer errores, bateó para .375, tres dobles, un triple, cuadrangular y fue líder en carreras impulsadas para Chicago
Una versión indica que no cobró, otra que si lo hizo pero que cuando quiso devolver el pago no lo aceptaron y la que es cierta sin dudas es que lo advirtió a Comiskey y éste, con la prepotencia que lo caracterizaba, no le hizo caso.
Los ocho implicados fueron sentenciados de por vida al destierro del beisbol. De todos, Joe Jackson siempre ha sido defendido.
El mismísimo Ted Williams dijo en una oportunidad: “Joe, que no hizo nada, pagó su sentencia y porque no se pueda resucitar a Landis (ya que debe ser el mismo Comisionado que sentenció quien revise y suspenda la medida) no puede andar así eternamente…me da asco cada vez que veo debajo de mi placa y a pocos centímetros la de Comiskey y el Descalzo todavía esperando afuera.”
Pero el destierro ha sido únicamente de los registros oficiales, su historia es innegable y con los años, su leyenda sólo ha servido para que muchos de los que nacimos después, incluso de su muerte, ocurrida el 5 de diciembre de 1951, lo tengamos entre nuestros favoritos.
Ahora que vemos estrellas bajo sospecha o confesos de haber usado esteroides y otras conductas deplorables, se nos hace difícil entender que persista el destierro, pero así será hasta el fin de los días.
Una de los momentos más conmovedores de “Campo de Sueños” es este diálogo entre Jackson y Kinsella:
“- ¿Apuesto a que es bueno jugar de nuevo, verdad?-le pregunta Ray Kinsella (Kevin Costner).
- Haber sido expulsado del beisbol fue como si me hubieran amputado una parte del cuerpo. Me han dicho que algunas personas se despiertan con sensación de comezón en las piernas, cuando tiene 50 años que les fueron amputadas. Así me pasa a mí. Me despierto en la noche con el olor de los parques de pelota en mi nariz, la frescura del pasto en mis pies. La emoción del pasto –responde “Descalzo”
Y siguió -Amo este juego, habría jugado sólo por comida. Jugaba por amor el juego, los sonidos, los olores. ¿Alguna vez has sostenido una pelota o un guante frente a tu cara?
Sí- respondió orgulloso Kinsella
Y terminó Joe diciendo
-Amaba viajar en tren de ciudad en ciudad. Los hoteles con sus lujosos vestíbulos y las camas de latón en los cuartos. La gente en el estadio, de pie cuando una bola es conectada a la parte lejana de los jardines. ¡Maldición! hubiera jugado gratis”.
Joe Jackson, un día como hoy dio su último imparable…al año siguiente fue expulsado para siempre de los registros oficiales, no tiene derecho a ser miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, pero no ha sido posible desterrarlo del corazón del beisbol.
jueves, 11 de julio de 2013
Cuando "Chico" fue una Estrella..
El 10 de julio de 1951 Alfonso "Chico" Carrasquel se convirtió en el primer jugador latinoamericano que participó en un Juego de las Estrellas. Fue además titular gracias a la voluntad de 1. 309.538 votantes que se decidieron por él por encima del campocorto de los Yanquis de Nueva York, Phil Rizzuto, quien convocó 1.213.774 electores y en la temporada anterior había sido nada menos que el Jugador Mas Valioso de la Liga Americana. Este dato por si sólo le da exacta dimensión al logro del joven caraqueño.
Desde siempre los jugadores que asisten al juego de las Estrellas, además de talento, condiciones y estadísticas, deben ser populares. Puede ser que para los fanáticos falte éste o aquel, pero siempre quienes están merecen el puesto.
Sin quitarle méritos (tarea imposible y absurda) a Rizzuto, cuando se juega en un equipo como los Yanquis de Nueva York se cuenta con cierta "ventaja", que para aquel año no le fue suficiente.
Alfonso Carrasquel "El Chico de Venezuela", "El Fantasma de la calle 35", "El Muchacho de Sarría", "El sobrino", "Carrasquelito", el tercer criollo en las Mayores detrás de su tío Alejandro y Jesús "Chucho" Ramos, había debutado en abril de 1950 y su desempeño en esa primera campaña le valió llegar de tercero en la votación para el Novato del Año, detrás de Walt Dropo y Whitey Ford.
Alfonso Carrasquel llegó con el inmenso compromiso de sustituir a Luke Appling, uno de los torpederos más longevos y exitosos de la historia, héroe de la franquicia luego de toda su carrera (20 años) uniformado de patiblanco y desde 1964 inmortal de Cooperstown. El reto era inmenso para el joven de Sarría que poco dominaba el inglés, pero que como le dijo a Milagros Socorro en su magnífico libro "Con la 'V' en el pecho", llegó hablando beisbol y llegó hablando clarito.
Al mando de Casey Stengel, la Liga Americana alineó así: Dom DiMaggio (hermano de Joe) en el jardín central, Nellie Fox, segunda base,George Kell en la antesala, Ted Williams como jardinero izquierdo, Yogi Berra detrás del plato, Vic Wertz en la pradera derecha, Ferris Frain en primera base, Chico Carrasquel en el campo corto y Ned Garver fue el pitcher abridor. El nuestro se fue de 2-1 antes de que lo sustituyera el segundo latino, Orestes Miñoso, quien entró por él como emergente.
La Liga Nacional tuvo en la alineación abridora a Richie Ashburn, Alvin Dark, Stan Musial, Jackie Robinson, Gil Hodges, Bob Elliot, Del Ennis, Roy Campanella y Robin Roberts.
Cuando vemos todos esos nombres y ahí el de Alfonso Carrasquel, nos resulta más fácil entender por qué para muchos, el "Chico de Venezuela" es considerado el "primer gran ídolo" que tuvimos en las Mayores. En la alienación abridora de la próxima edición del Clásico de Verano, Miguel Cabrera y Carlos González siguen sus pasos estelares, para orgullo de todos nosotros.
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