El 22 de enero de 2010, Caracas y Magallanes se enfrentaron por tercera vez en una final.
Los turcos ganaron las ediciones de las temporadas 93-94 y 96-97...
Para recordar un juego de tantos...aquí recordamos.
Motivos de revancha
El sonido fue claro, ese que se escucha cuando el impacto es sólido y contundente y que provoca la celebración antes de que la bola pique, pero que es una alegría que dura segundos si la pelota no cae en terreno de nadie porque aparece un jardinero, un campocorto o cualquiera que lleve un guante, para dar un salto digno de Michael Jordan y guindarse de una línea, para llegarle al batazo que parecía un jonrón o volar como un arquero seguro de detener el tiro penal, para atrapar la pelota y acabar con la vida de un montón de almas.
Así fue, aquella vez, el "Súper Caballo" de los Leones del Caracas, Omar Vizquel, le dio a la bola para sepultar con ese batazo al Magallanes y entonces apareció él, un jovencito de Agua Negra, estado Yaracuy, delgadito y pimentoso cuyo nombre tuvimos que aprendernos desde sus primeros juegos gracias a cómo le hacía honor a eso que se llama "beisbol caribe", Melvin Mora.
La bola, lógicamente, era el centro de atención, por eso él parecía venir del más allá. Parecía un chita hacia su presa hasta que atrapó la bola a milímetros de la grama y del sueño caraquista de ganar la primera final entre los rivales eternos...
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